Una experiencia personal que me deja 3 enseñanzas que quiero compartirles.

Para los que no leyeron mis redes sociales en diciembre de 2013. Les aviso que cumplí 40 años, por lo tanto. El día 1 después de mi cumpleaños empecé a ver destellos en mi cabello que no eran otra cosa mas que las temidas canas. Hice cita en mi salón de belleza, la estilista es una persona que realmente es buena en su trabajo.

Hace cortes de cabello maravillosos, te asesora en cuestiones de cuidado, hidratación, etc. todo lo que tenga que ver con tener una melena espectacular, mi confianza era toda de ella; ¿quien mas podría auxiliarme en este momento de mi vida? Ella.

Fuí puntualmente a mi cita de las 2:30 pm para discutir el color de mi cabello, yo lo único que quería es que las malditas canas blancas, tornaran a mi color natural. Después de analizar la paleta de colores y hacer -ya saben- toda la ceremonia de decisión, por fin decidimos el color exacto para solucionar mi situación bochornosa. Una vez tomada la decisión, me dispuse básicamente a tuitear.

La mujer se encargó de mi cabello, y hablaba y hablaba y seguía hablando, lo sé porque se le movían los labios, yo absorta en mi tuiter. Confiada en que ella era la experta, entonces todo iba a estar bien, solo le advertí: no me hagas corte. Si recuerdo cuando mencionó algo de «se me antoja hacerte un degra bla bla bla», mi respuesta: «si claro, tu eres la profesional», lo que yo quería es que se callara y dejar de interrumpir mi seguimiento del futbol en mis redes sociales.

Hora y media después, ya que se me hizo mucho tiempo, pregunté ¿porque tarda tanto? ¿que no es rápido? «te estoy terminando el degradado» ¡OMG! ¿degra-queeee? «degradado», «es la última moda y se te va a ver divino».

Ahí me di cuenta de la enseñanza no. 1:

ESCUCHA BIEN LO QUE TE ESTAN DICIENDO, PON ATENCIÓN O TE EXPONES A MALOS ENTENDIDOS.

Respiré hondo y esperé a que terminara; me seca el cabello y OMG, yo veía al Rey León en el espejo, me hizo un degradado de cafe oscuro a mostaza que… bueno, chéquenlo en la foto. Yo que solo iba a que me quitaran las canas, ahora daba pié a que me cantaran «traaaaaaaansilvaniaaaaaa» (la música de fondo de la película, si! exacto» la del Rey León»).

«¿Que tal? ¿te gustó?» decía muy emocionada la estilista, yo sentía que mis ojos crecían a un ritmo de 2 mm por minuto! -pues, no era lo que yo esperaba, creo que no puse atención, pero bueno, gracias: ¿cuanto te debo?

 «DOS MIL OCHENTA PESOS»  (aprox. 155 usd al tipo de cambio del día de hoy).

Ahí viene la enseñanza no. 2:

LA FALTA DE RESPETO AL DINERO DE TU CLIENTE TERMINARÁ POR DEJARTE SIN EL.

No se trata de si tu cliente tiene o no dinero, el asunto es que si vas a vender algo deja muy claro las condiciones de venta, es decir, que vas a dar y cuanto cuesta, sobre todo si tu cliente no tiene pensado hacer un gasto imprevisto. Esto aplica para todo, yo  lo aprendí en carne propia y entendí que el camino mas corto para perder a un cliente es asumir que él está dispuesto a pagarte lo que se te antoje, aún cuando tú seas experto.

«SI SE TE HACE MUCHO, PUEDES PAGARME EN 2 PAGOS» -agregó-

Fué la estocada final y la enseñanza no. 3.

Resumiendo, 3 Consejos básicos si tienes un negocio propio:

  1. Pon atención en cualquier negociación para evitar malos entendidos, no des por hecho nada. Antes de ofrecer un servicio o producto entera muy bien al cliente de las condiciones y precios, que él decida con pleno conocimiento de causa.
  2. Ten respeto por el dinero de tu cliente, el hecho de que cuente con él no significa que está obligado a pagarte lo que a ti se te antoje, no es una buena estrategia de ventas aprovecharte de la confianza de tus clientes. Habla claro.
  3. No insultes a tu cliente, si hay un malentendido acláralo pero no eches mas leña al fuego, si tú diste información incompleta y tu cliente al final no está de acuerdo con tu proceder, vale mas que te armes de paciencia y arregles tu error, al final lo importante es que tu cliente quede conforme y vuelva.

En resumen:

En esta situación yo fuí el cliente, le aclaré a la estilista que yo solo quería el cabello de mi color natural y que había mucha diferencia de lo que pedí, lo que me hizo y lo que cobró, pero también tengo mi responsabilidad por no preguntar, como cliente, antes. Aquí el asunto es ¿quien perdió mas? yo con mis cabellos -muy a la moda- o ella que perdió a una muy buen cliente.

Espero que mi cambio de look aporte algo a sus estrategias de venta. Si te gustó ¡compártelo!

@marcelamexia
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