Son dos palabras que usualmente imponen, generalmente es difícil de pronunciar, les cuesta, nos dicen “emprendedora” y a veces la sueltan: Luchona.

Recientemente se llevó a cabo el Congreso Nacional AMEXME de la Asociación Mexicana de Mujeres Empresarias en la Ciudad de México, ahí nos dimos cita Forbes y yo para hablar de este suplemento, le voy a contar lo que sucedió en ese desayuno.

-Explícame que haces aquí- y abrí el mundo de las mujeres empresarias, como destapar una caja de pandora; solo en ese evento habíamos mas de 300 mujeres empresarias, provenientes de toda la República Mexicana, nuestra asociación tiene presencia en mas de 60 ciudades en México y estamos afiliadas a Femmes Chefs d’Entreprises Mondiales (FCEM por sus siglas en Francés), es el organismo mundial con sede en Francia que agrupa a mas de 100 asociaciones hermanas en todo el mundo desde hace mas de 50 años ininterrumpidos, en México 52 para ser exacta.

Recientemente asistí a un encuentro de negocios organizado por Nawbo (National Association of Women Business Owners) y FCEM en Nueva York, además del networking y la experiencia de hacer conexiones nuevas, hubo una anécdota muy reveladora.

Cuando uno piensa en “empresaria” es sinónimo de sacrificio, de esfuerzo, de demostrar, de “¿cómo le hizo?”, “de todo me corre en contra”, “abandonadora de hijos”…pero si encima le sumamos “mexicana” “empresaria mexicana” ¡es peor! le agregamos machismo y misoginia (en el mejor de los casos), nunca nadie en el mundo sufre más que una empresaria mexicana, no tenemos las mismas oportunidades hablando estrictamente de negocios, favor de no confundir.

¿Y que cree mi estimado lector? que en USA también se cuecen habas, yo, y sin temor a equivocarme, las demás empresarias que me acompañaban, pensábamos que la “gringa” no tenía los problemas de nosotras las sufridas mexicanas, todo en USA es mas fácil, ellas son autosuficientes, frías…pues con la novedad que no, ellas y las empresarias del resto del mundo sufren lo mismo que nosotras: desigualdad de oportunidades y no me malinterprete, no voy a soltar una retahíla feminista, no.

Ella platicaba de la desventaja tremenda que tenemos las mujeres “los hombres cierran un negocio en domingo en la tarde en un round of golf con un whiskey en la mano ¿y nosotras? ¡no! tenemos que esperar al lunes en la mañana a ir a su oficina”, nosotras abríamos mas los ojos, identificándonos literal con nuestras hermanas las gringas.

Nosotras no podemos tomarnos un whiskey con nuestra contraparte sin salir por lo menos piropeadas. Imagine esto, usted señor empresario llega a una cita con una contraparte femenina, y ésta le dice “caray que guapo, que placentero es hacer negocios con tan bellos ojos” “¿y a parte es papá? ¿cómo le hace? ¡qué bárbaro! usted si que es un luchón”. Bueno estimado, eso es pan nuestro de todos los días, además no nos debemos de ofender porque no lo hacen de mala fé, nosotras somos las mal pensadas.

Habrá igualdad de género cuando no tengamos que mencionarlo, pero por ahora hasta suplemento especial en Forbes tenemos, nosotras somos como gotitas de mercurio, nos acercamos un poco y ¡zaz! nos unimos, juntas logramos una fuerza y sobre todo representación.

En México a través de la presidenta nacional de AMEXME, tenemos presencia en el W20 organismo que surgió luego de la cumbre del G20 que se realizó en Australia, y cito textual a la fuente: como reclamo de un grupo poco representado, con el objetivo de apoyar los diversos esfuerzos avanzados en la comunidad internacional:

  • Participación económica y social plena de la mujer, según la Declaración de Líderes de Los Cabos en 2012.
  • Inclusión financiera y educación de las mujeres, de la Declaración de Líderes de San Petersburgo en 2013.
  • Reducción de un 25% en la brecha de las tasas de participación entre hombres y mujeres de los países del G20, para 2025
  • Llevar a más de 100 millones de mujeres a la fuerza de trabajo, comunicado en la Declaración de Líderes del G20 de Brisbane, en 2014.

La próxima reunión será en Argentina, ya le contaré las novedades.

Dicho lo anterior, por favor señores y señoras, no se refieran a nosotras como “luchonas”, somos empresarias y venimos en son de paz.